El drenaje linfático manual es una técnica de masoterapia que se engloba en el campo de la fisioterapia y en las técnicas de masaje terapéutico que se dirige a la “activación del funcionamiento del sistema linfático superficial para mejorar la eliminación de liquido intersticial y de las moléculas de gran tamaño y optimizar su evacuación”.1
Se puede definir como una serie protocolizada de maniobras manuales muy suaves que, basadas en un profundo estudio de la anatomía y fisiología del sistema linfático, y se realizan con el fin de drenar o desplazar la linfa que por cualquier causa patológica se encuentra estancada (véase edema) a territorios linfáticos sanos para su evacuación normal hacia el torrente venoso.
La clave del éxito del drenaje linfático manual está en el drenaje de las proteínas de los edemas linfáticos, que hoy por hoy, no son capaces de drenarse por medios instrumentales (por ejemplo, la presoterapia, que drena sólo líquido intersticial).
La aplicación fundamental del drenaje linfático manual terapéutico está en el campo de la oncología para el tratamiento del linfedema, aunque es tratamiento de elección en el caso de elefantiasis, celulitis, edemas traumáticos o complicaciones linfáticas posteriores a una cirugía estética.
Cada vez es más frecuente encontrar en los hospitales un departamento de “linfoterapeutas”.
Las maniobras manuales son muy suaves y siempre indoloras para el paciente.
El tiempo que dura una sesión es variable, pero nunca debe bajar de una hora si se quiere realizar un tratamiento completo.
El objetivo final, es activar la circulación de la linfa, para que ésta no se estanque ni se sature de substancias de desecho o gérmenes nocivos. Las manipulaciones específicas del Drenaje Linfático Manual van dirigidas a favorecer el paso de la linfa hacia los ganglios linfáticos regionales superficiales